AQUEL TRANVIA...

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Imagen tomada por el norteamericano Raymond DeGroote Jr. en 1963 en la Estación de Calle Mariano Moreno. Se observan allí los coches intactos esperando el destino final.

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Coche 68 en épocas de esplendor circulando por la Calle 27 de Abril frente a la Iglesia Catedral Metropolitana.

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Aquel Coche 68 encontrado en 1964 en una zona residencial de Villa Belgrano. Una humilde familia desglosa sus días en este tranvía totalmente desvencijado.

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Acto inaugural del ciclo lectivo en una escuela, al fondo puede verse una carrocería de tranvía utilizada como aula.

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Fotografía de 1965, tomada al alumno Rodolfo E. Hernández en la escuela municipal numero 39 de barrio Obrero, en una de las aulas utilizadas por los seis coches tranvias acondicionados para tal fín.

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Coche 71 expuesto hasta 1995 en el Jardín Zoológico, gracias al poeta Azor Grimaut quien propuso salvar a uno de la destrucción, guardandoló a modo de reliquia.Córdoba fué la única ciudad Argentina que supo conservar integro y como modo de homenaje a un tranvía de los que se habían utilizado.

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Fotografía de un esqueleto tranviario perteneciente a uno de los modelos Santa Marta, ubicado en 1997 en la localidad cordobesa de Río Segundo.

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Con el pasar de los años, el deterioro que le quiso evitar el poeta no fue del todo vencida, con el tiempo el coche fue perdiendo partes hasta que el final quedó solo el carretón y la estructura mostrando como había sido la carrocería y el troley. Recuperado por la AATC a fines de 1995 con vistas a una posible restauración. Aquella reliquía permanece guardada en un galpón de la Municipalidad de Córdoba.

Luego de tantos años de ir y venir por las tradicionales calles de Córdoba, los madrugadores tranvías de hierro y de madera quedarón inmóviles en el resguardo metálico de la tradicional estación de la compañia, cumpliendo algo así como un necesario descanso a la espera de que se les de otro destino para la casi imposible marcha de muchos de esos extraordinarios coches, que tanto bien, pese a todos sus achaques, han prestado a la ciudad. Los viejos tranvías que miramos desaparecer con indeferencia contempóranea fueron destinados un año más tarde a viviendas de emergencias en distintos barrios, localidades aledañas y en algunos casos transformados en aulas de algunas escuelas inverosímiles.

Fue así, el tranvía eléctrico que señalaba en 1962 una etapa cumplida en esta urbe en crecimiento que corre velozmente en progreso. Hoy los nostálgicos y el gobierno devolverán en breve a la ciudad el tranvía, para revivir los viejos tiempos y los avatares de la modernidad tal como los hay en casi 400 ciudades del mundo. Será una ardua tarea con imaginación y talento para reemplazar lo irrecuperable.